lunes, 4 de junio de 2012

Los números en la Iglesia

Demasiadas vueltas se están dando ultimamente con cifras, IBI, supuestos privilegios, etc... Creo que quedan claras las posiciones de la gente de arriba y, sobre todo, las intenciones de quienes quieren enfrentar a la sociedad contra los de siempre reforzando e induciendo a más prejuicios (una mentira dicha mil veces...), generando aún más hostilidades. Profetizo, aunque no me guste demasiado, que de seguir así, a alguien se le irá la cabeza y de la violencia verbal pasaremos a... lo que Dios quiera y permita. Mientras, los que desde su pulpito nos llaman "cristofascistas" (es casí gracioso, como broma, pero aquel tipo lo dice en serio, y por eso ni me molesto en enlazar algo suyo...) mirarán para otro lado... O quizá no...

No es el tema del que quería hablar, pero me apetecia introdudicir el post con eso.

Es fea costumbre juzgar el funcionamiento de algo solo por los números "brutos", pero me temo que está ciertamente arraigado en ciertas partes de la Iglesia: ¿Funciona bien una linea pastoral, una parroquia, etcetera, por que vaya mucha gente? No parece mala señal, pero partir de ahí es temerario.
El que tiene "buenos números" puede caer en la tentación de solo buscar mantenerlos (y no afianzarlos), lo que se suele traducir en relajar lo que verdaderamente compromete: el encuentro con Dios con cada uno y la libertad de elección por el que nos ha elegido, a la vez de la vida en comunidad en la que compartimos ese mismo encuentro, en torno a la oración y los sacramentos. Importa poco cualquier cosa que se haga si esto no está afianzado. Ademas, el marketing no ayuda mucho, a la vista del Evangelio está: ¿fué buena estrategia coger 12 apostoles poco doctos? Dios sabe más que nosotros...

Y por otro lado, somos personas, no números. Si lo basamos en un número, la gente se vacia, ya que se vuelve instrumento para que ese número aumente. La semilla no da fruto estando recién plantada. Ademas, la Nueva Evangelización comienza con aceptar que demasiada gente en este país está cansada de "oir lo que nunca ha escuchado" (no paro de citar a Chesterton, jejeje). Demasiada gente se ha quedado con una idea muy básica y pobre del cristianismo: hay que ser bueno como Jesus, no robar ni matar (como prebendas "aceptables" para la gente que, están lejos de profundizar que propone la Iglesia para vivir otros temas importantes como la afectividad, la sexualidad, la caridad, y un larguisimo etcetera)... Esa idea básica no compromete para cumplir siquiera el precepto eucarístico, ademas, ¡hay gente buena que nunca pisa la Iglesia! Demasiado jóvenes, buscando saciar la busqueda natural de sentido y trascendencia para su vida, la malencuentran, a veces en sitios peligrosos (más info aqui). Quitar el sentido sagrado a la liturgia o a la vida cristiana no lo hará ni más entendible, ni más atractiva, a la vez que formar cristianos con criterio no será un riesgo si están arraigados en Cristo, que nos quiere libres y bien formados, con la fe que surge ni más ni menos, que de profesar que Es es Dios y nos ha redimido, y que merece dar la vida en El y por El, dando un si como María.