viernes, 7 de diciembre de 2012

Gotas de aceite, gotas de perseverancia

Si hay algo que caracteriza a este blog es su completa discontinuidad. Pasa con frecuencia que cuando dejas algo, sea por pereza, por otras prioridades, por prioridades que no son prioritarias o simplemente que no sabes que escribir en el caso del blog, cuando de repente te paras a pensar lo tienes cada vez como menos importante, menos sabes sobre qué escribir, más vergüenza te da, y un largo etcétera de excusas...

Y es que la falta de perseverancia es un mal muy moderno, a veces vivimos demasiado deprisa como para establecer buenas rutinas y al final andamos andando sobre carreteras a medio hacer, conscientes de que así es más fácil tropezarse.
O bien se puede parecer, como alguna vez he mencionado respecto a otro tema, como una cerilla que se enciende en un estallido, mengua, avanza, ¡y si no la tiras te quemas los dedos!

Al final, Jesucristo nos lo dejó bien claro: el hombre sensato construye su casa sobre roca, y Cristo es la Piedra angular, la Roca a la que se refiere el salmo leído ayer.
Cambia las cerillas por lamparas de aceite.
La perseverancia no se alcanza, se pide, se construye pidiendo y se pide seguir construyendo. ¿A quien pedírsela  Pues al Único por el que vale la pena estar levantándose siempre, porque El mismo te da la mano.

Feliz Puente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario