miércoles, 23 de junio de 2010

Libertad y toritos

No me gusta la tauromaquia.
Pero, cuidando al animal, y no matandole en la plaza, o sin hacerle sufrir en otros eventos parecidos, lo acepto perfectamente.

A lo que voy, que tanto ayer como hoy me encuentro con dos muestras de como entienden muchas personas la libertad de expresión. En primer lugar, una carta de una antitaurina criticando el vestido de la Infanta Elena, por parecerse al traje de luces... Vamos a ver... ¡Que vaya vestida como le dé la gana! Si se lo vamos a pagar nosotros de todas formas, que sea bonito o feo o que más dá, pero no hace daño a nadie (y con "nadie" me refiero a persona, que a veces parece que sufren más los animales que nosotros... con la que esta cayendo en el mundo...).

Y la segunda, de la que no tengo pruebas, es sobre la celebración de Villa de sus dos tantos ante Honduras el pasado lunes, a lo que ayer, que habría sido tomada como "taurina" y por tanto fuertemente criticada por este sector (al que le encanta la libertad de expresión). Ayer, en TVE, tuvo que "excusarse" diciendo que no tenía nada que ver. Supongo que habrá estado fuertemente condicionado por que ahora pertenece a un club de una región muy emperrada en prohibir los toros...
¿No puede celebrar los goles como le dé la gana?¿Se va a ofender el toro? Ah no, es que, por esa regla de tres, Kiko no debería "tirar flechas" por que, flechas=yugo y flechas=falange=franco=a-no-tener-ni-idea-de-historia=paranoicos. En busca de la libertad, acabán atentando contra ella...
Espero que Villa celebré muchos goles, haciendose el torero, el fontanero, o el full monty si le dá la gana. Ahi unos ejemplos

1 comentario:

  1. Que censuren todas las imágenes de Kiko cuando celebraba los goles con la flecha, y también las de Torres, porque joder, una flecha es un arma, se tiraba para matar a alguien, ¡qué apología de la violencia tan gratuita!

    Y que censuren todas las expresiones que nuestra rica lengua tiene sacadas del mundo taurino, que son muchas. Que nadie me eche un capote, por Dios.

    En fin, que odio la tauromaquia, pero odio aún más la estupidez.

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